Camino Calvo



Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.

Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.

Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.



domingo, 15 de septiembre de 2013

Un regalo de dos minutos

En verano bajo poco a la playa. Siento que mi espacio ha sido invadido; esa playa tantos meses solitaria y para mi sola, donde me siento a la orilla y podría pasar horas escuchando las olas acabar en la arena y mirando el brillo de la luz en la manta del mar, como si fueran pequeños milagros, se convierte en un lugar de sol que quema y bullicio al aire libre.

Es verdad que  tiene su gracia estirarte en la toalla y adormilada seguir las conversaciones de los partenaires que te han tocado al lado, es como una forma mundana de meditar. Estás tan pendiente de lo que escuchas que tus pensamientos aburridos y conocidos se esfuman. 

Escucho a los grupos de señoras que no callan y el señor que ese día no ha podido librarse de la excursión, que  dice "Me voy a dar un paseo, estoy ya cansado de oíros", provocando la risa de las señoras, que continúan hablando de su régimen o sus nietos o dándose consejos que a ellas les funcionan y la otra ni escucha deseando que le toque el turno de palabra. Escucho a la madre y a la hija que ya voló y quedan en la playa para compartir, felices... " te acuerdas de Fulanito, el de Andorra? Se ha ido a vivir a vete a saber donde....". El otro día escuchaba la conversación de tres señoras  sobre la relación con sus padres en sus tiempos mozos.... "El día antes de mi boda mi padre me encontró despidiéndome en el portal con mi marido y se puso como una fiera, ya ves, por un beso...", uf, pensé, qué suerte vivir la época que me ha tocado!

Y cuando me canso de charlas y de gritos de niños nado hasta la boya para encontrar el silencio y solo escucho el borboteo del agua cuando muevo mis brazos para nadar despacio, sin zambullir la cabeza. Escucho, miro el cielo y siento el privilegio de vivir en mi pueblo que me regala estos minutos de paz y euforia enlazados, y la maravillosa sensación de integrarme en la naturaleza.

Y para cuando no estoy en la playa, sino en la cola del supermercado o esperando que toque mi número en la delegación de Hacienda, me bajo esta aplicación del móvil que no es lo mismo pero algo ayuda! Auriculares y a fluir!!



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