Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.
Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.
Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.
Que a veces no te guste como piensas, o creas que podrías hacer mejor las cosas, no se debería confundir con no quererse.
La autoestima ha de alimentarse, desde la humildad y la autocrítica más compasiva.
No poner en duda que nos queremos es esencial para seguir con el compromiso de mejora. Porque cambiar es un objetivo que nos puede parecer muy difícil, y probablemente no sea nuestra necesidad ni nuestro deseo. Pero mejorar sí debería serlo.
Quiero hacerle un regalo a mi amiga Magda, en agradecimiento a los muchos que me hace ella.
Y aunque preferiría venir a hacer el curso de "conflictes" a mi casa, creo que le gustará.
La amistad se ha de cuidar y alimentar. La presencia, la disposición y el amor son los ingredientes que se me ocurren hoy, pero podríamos hacerlo con muchos gustos más...
Tanto que nos afecta nuestro sentir emocional, y tan poco valorado que sigue estando. Al menos, parece que hemos conseguido que hacer terapia no está mal visto y que no se te vea como a un desequilibrado sin autocontrol.
Desde pequeñitos acudimos al pediatra para que vigile nuestro peso, nos ponga las vacunas y nos cure cualquier enfermedad física que surja. Nos da consejos sobre la alimentación, el ejercicio físico y se preocupa por nuestro rendimiento escolar. De mayores se nos hace una analítica anual, se controla nuestro azúcar, colesterol y hemoglobina, y nuestra tensión arterial, y se vigila que nuestras adicciones estén reflejadas en nuestra historia clínica.
Quién te pregunta cómo manejas tus emociones, cuáles son las que te visitan más a menudo, cuántas pérdidas has tenido, cuáles han sido tus estrategias de afrontamiento...? quién te hace una revisión anual sobre tu empatía, tu compasión y tu agradecimiento? quién te enseña a perdonar y a confiar?
¿Cuántas veces te ha preguntado tu médico si eres feliz?
"Piensa en positivo", "Piensa en grande"... si, bueno, como si fuera tan fácil...
Y no será fácil mientras no hagamos previamente un trabajo de autoconocimiento, de entender nuestros procesos mentales y emocionales.
Sólo así, siendo críticos y compasivos con nosotros mismos, permitiéndonos sentir y estar, podremos llegar al milagro de dominar nuestros pensamientos y mejorar así nuestro bienestar y nuestro bienser.
A mi me cuesta menos salir de mi zona de confort por las mañanas.
Si tengo una idea interesante y atrevida, que suele ser cuando paseo por la montaña con mis perros, o la pongo en práctica nada más llegar a casa o me empiezan a venir los miedos y la idea se queda en el cajón.
Como me conozco bastante bien, ya sé la estrategia a utilizar.
Pero si la idea es buena, y el objetivo es claro, aquí ya no hay miedos que valgan, y me tiro a la piscina. A la hora que sea.
Hacer cosas diferentes no solo brinda a la vida nuevas oportunidades, sino que, además, estimula nuestra mente, mejora nuestra salud y, posiblemente, previene la enfermedad.
Según el Dr. Yaakov Stern (1),"las personas que hayan llevado una vida mentalmente estimulante, a través de la educación, la ocupación y las actividades de ocio, parecen tener menos riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer".
Deberíamos normalizar el salir de la zona de confort. Sin estrés y con curiosidad. Total, sólo se vive una vez.
Referencias:
(1) Fernández A, Goldberg E. Cómo invertir en su cerebro. 1ª ed. Ed SharpBrains; 2013.
¿Quieres aprender coaching en 4 minutos y una vida?
Comparto aquí cuatro técnicas maravillosas para una comunicación maravillosa.
¿Qué podemos conseguir con ello? Pues no lo sé. Pero si un resultado deseable es que el otro simplemente se sienta mejor, tendremos el éxito asegurado.
4 minutos para integrarlas, una vida para practicarlas.
Ser inteligente emocionalmente tiene mucha ventajas. Es bueno para uno mismo y bueno para los demás. Sin duda te hace ser mejor persona.
Nuestro cerebro tiene un aparatito que, por diferentes estímulos, genera emociones. Viene de fábrica. Y, a pesar de sentir emociones desde el nacimiento y que día a día influyen en nuestro bienestar o malestar, no se les ha dado nunca la importancia que se merecen y se nos deja desde la infancia que hagamos solos el camino de su conocimiento y su educación, y así muchos llegamos a adultos sin poder explotar el potencial que tiene una buena gestión emocional.
Pero nunca es tarde, si la dicha es buena, dicen.
Aquí dejo un ejercicio que provoca muchas reacciones cuando lo propongo en clase. A unos les encanta porque se dan cuenta de que su vocabulario emocional es muy reducido, a otros les incomoda sentir ese vaivén interno, a otros les cuesta sentir alguna de las emociones propuestas... cada alumno lo vive de una manera diferente, porque el mundo emocional es así de rico, personal y complejo.
Para tener buena influencia en nuestro bienestar y felicidad, indagar en nuestro mundo emocional es imprescindible. Lo primero: poner nombre a lo que sentimos. Así de tonto, así de fácil y así de difícil.
Espero que disfrutéis con el ejercicio y con vuestras emociones.
Una de las técnicas que más difíciles resultan a las personas que están aprendiendo herramientas de coaching es no centrarse en el problema con el que viene la persona para que le ayudes.
Los coaches noveles, todos abrigados con el temor a no hacer bien la sesión y con la obsesión de hacer buenas preguntas, le dan vueltas y vueltas al problema y a los detalles.
El problema no interesa, les digo. Es éste, pero podría ser cualquier otro, no es importante para nosotros. Sólo es importante para la persona que lo tiene, como debe ser.
La tarea de un coach es ayudar al cliente a encontrar sus herramientas personales para solucionar, aceptar, aliviar, relativizar, afrontar, o lo que sea que necesite, sobre su problema.
El coach no salva a nadie, ni busca soluciones. Los detalles son irrelevantes.
Técnica que, poco a poco, los aprendientes van viendo que es más eficaz y más respetuosa.
Puede ser que retome este proyecto un poco descuidado últimamente...
Este blog fue mi trabajo de final de Máster de Nutrición, allá en el 2012, fue un espacio donde compartí intimidades e ilusiones, y fue el principio de una nueva orientación profesional que hoy día me hace muy feliz.
Y como estamos en tiempos revueltos, con un virus que revolotea por doquier, mis circunstancias han cambiado (como las de tantos) y quizás ésta pueda ser una buena herramienta para incorporar a mi realidad actual. Me sorprendo cuando, de vez en cuando, entro, miro las estadísticas, y veo que mis artículos van haciendo solos su camino. Las comunicaciones tecnológicas son mágicas.
Voy a poner a mi querido y desconocido lector al día:
Ayer, en una formación en técnicas de coaching, una alumna me preguntó qué significaba para mí haber dejado la medicina. Extrañada por la suposición que le había llevado a esa conclusión, probablemente por verme de profesora y sin una bata blanca ni paciente delante, le contesté: Nunca me había sentido tan médico.
Ahora mi paciente no es una persona con patología, es cualquier persona que, por las circunstancias que sean, necesita un acompañamiento para mejorar su bienestar. O es un alumno que desea trabajar en su desarrollo personal y mejorar sus relaciones interpersonales. O es una persona, que simplemente necesita ser escuchada.
No me gusta extenderme, seré breve.
Soy formadora en competencias personales, podría decirse que soy coach de salud y bienestar, soy voluntaria de corazón acompañando a personas en su final de vida y soy brillante doctoranda! Y digo brillante porque yo sola alucino de volver a ponerme a estudiar temáticas muy, muy archivadas y disfrutar haciéndolo. Espero en unos años ser doctora en Salud Pública, y ser muy buena. Es un reto que me hace feliz, por muchos motivos.
La pandemia de marras ha hecho un gran favor a mi creatividad, no hubiera pensado nunca que pudiera ponerme delante de la cámara de mi ordenador y utilizar el video como instrumento de comunicación, soy consciente de que escribo mucho mejor que hablo. Pero cada vez me cuesta menos, y mis cursos grabados en video este verano, circulan ya por alguna importante organización sanitaria, y aún me dura la sorpresa. Espero con curiosidad el feedback.
¿Y para qué vuelvo? No sé exactamente el título, pero el tema de mi tesis estará, sin duda, relacionado con la comunicación efectiva entre las personas. Y así como este blog me inspiró para mi final de Máster, espero que vuelva a inspirarme para hacer el mejor de mis proyectos profesionales: mi tesis doctoral.
Bienvenido a mi blog de salud y liderazgo, que espero llenar de herramientas para ayudar a quien lo necesite, y con la intención de que la evidencia científica se palpe en el ambiente.
Mi cumpleaños es el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, y cada año me siento más orgullosa de haber nacido en una fecha tan especial.
Es un día en el que las mujeres celebramos nuestros logros, y recordamos que, aunque nuestro camino haya sido más difícil, hemos conseguido llegar aún más allá de lo soñado.
Quién me hubiera dicho a mí hace 10 años...
Ni los caminos son de rosas, ni sólo fluyendo se hace camino.
La constancia, la confianza, la ilusión, el tener una visión específica y clara, el atrevimiento, el trabajo, el liderazgo personal y tantos otros recursos adquiridos durante el viaje por la vida, son los artífices de esos logros que harán conseguir de nuevos.
Orgullosa de mis libros paridos, que me ayudan a llevar a cabo mi misión de ayudar a las personas a mejorar su salud, su bienestar y su felicidad, en la I Fira de la Dona, de Sant Andreu de Llavaneres, puse mi "tenderete" con un nuevo formato formativo. Para enseñar hay que llegar a las personas de forma fácil, innovadora y motivadora. Y enseñar salud es una de las maneras que tengo de aportar al mundo.