Que a veces no te guste como piensas, o creas que podrías hacer mejor las cosas, no se debería confundir con no quererse.
La autoestima ha de alimentarse, desde la humildad y la autocrítica más compasiva.
No poner en duda que nos queremos es esencial para seguir con el compromiso de mejora. Porque cambiar es un objetivo que nos puede parecer muy difícil, y probablemente no sea nuestra necesidad ni nuestro deseo. Pero mejorar sí debería serlo.
Un abrazo,
Camino
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