Camino Calvo



Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.

Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.

Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.



sábado, 13 de julio de 2013

Penas del joven Werther

22 de mayo,


"Muchas veces se ha dicho que la vida es un sueño, y no puedo desechar de mí esta idea. Cuando considero los estrechos límites en que están encerradas las facultades activas e investigadoras del hombre; cuando veo que la meta de nuestros esfuerzos estriba en satisfacer nuestras necesidades, las cuales, a su vez, sólo tienden a prolongar una existencia efímera; que toda nuestra tranquilidad sobre ciertos puntos de nuestras investigaciones no es otra cosa que una resignación meditabunda, y que nos entretenemos en bosquejar deslumbradoras perspectivas y figuras abigarradas en los muros que nos aprisionan; todo esto, Guillermo, me hace enmudecer. Me reconcentro en mí mismo y hallo un mundo dentro de mí; pero un mundo más poblado de presentimientos y de deseos oscuros que de realidades y de fuerzas vivas.
Y todo, entonces, se tambalea ante mis sentidos, y sigo por el mundo con mi sonrisa de ensueño.

Todos los maestros y doctores convienen en que los niños no saben por qué quieren lo que quieren; pero, por más que para mí sea una verdad inconclusa, nadie consiente en creer que los hombres, como los niños, caminan a tientas sobre la tierra, ignorando de dónde vienen y adónde van, y no actúan en pos de verdaderos fines, y, como los niños, se dejan gobernar con juguetes, confites y azotes.

Te concedo, desde luego (porque sé lo que me puedes objetar), que los más felices son los que, como los niños, viven el presente; los que pasean, visten y desnudan su muñeca, y los que, dando cautelosas vueltas alrededor del armario donde la madre ha encerrado las golosinas, cuando logran atrapar el manjar apetecido lo devoran a dos carrillos y gritan: "¡Más!" Estas criaturas son dichosas.
También lo son las que, encareciendo con títulos pomposos sus frívolas ocupaciones, o tal vez sus pasiones, reclaman gratitud al género humano, como si para su salud y su dicha hubieran llevado a cabo alguna empresa gigantesca. 

¡Feliz el que pueda vivir de ese modo!

Pero el hombre humilde que comprende adónde va todo a parar; el que observa con cuánta facilidad convierte cualquiera su huerto en un paraíso, y con cuánto tesón el infeliz, bajo el fardo de la miseria, prosigue casi exánime su camino, aspirando, como todos, a ver un minuto más la luz del sol, está tranquilo, se crea un mundo que saca de sí mismo y también es feliz, porque es hombre.
Podrá agitarse en una esfera muy limitada, pero siempre llevará en su corazón el dulce sentimiento de la libertad y el convencimiento de que puede salir de esta prisión cuando quiera."



Penas del joven Werther, Johann Wolfgang von Goethe, 1.774

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