"No voy a pintar más interiores con hombres leyendo y mujeres tejiendo. Voy a pintar la vida de personas que respiran, sienten, sufren y aman"
Son palabras de Edvard Munch(1863-1944) pintor noruego "diseccionador de almas" considerado precursor del expresionismo, corriente artística que busca la expresión de los sentimientos y las emociones más que la representación objetiva de la realidad. Munch plasmaba en sus obras lo que se puede captar por el espíritu y no a través de la vista.
El caso es que, con gran alegría, mientras visitaba estas vacaciones una exposición que conmemora el 150 aniversario de su nacimiento y mientras saboreaba el regalo para el alma y para los ojos que es visualizar las emociones en los óleos, descubrí, me impactó y me acercó aún más al enigmático pintor, conocer su compromiso con el cuidado del cuerpo, siendo seguidor de la filosofía humanista comprometida con la vida, el Vitalismo, una corriente que ensalzaba, entre otros el instinto, el sentimiento y la pasión, la vida saludable, la actividad física y la alimentación equilibrada.
El tema del control del consumo de alcohol no lo tenía muy incorporado, por cierto.
Aquí va, pues, mi homenaje a este ser tormentoso, emocional, sensible, pasional, provocador, enfermizo y saludable.
Una historia de amor y desamor:
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Eye in eye, 1894 |
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La danza de la vida, 1900 |
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Madonna, 1894-5 |
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The Kiss, 1895 |
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Vampire, 1893-4 |
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Ashes, 1894 |
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Nude I, 1913 |
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Melancoly, 1891 |
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