No se puede entender la motivación sin un objetivo claro y poderoso.
Si no sabes hacia donde vas, tu ilusión por alcanzar la plenitud se diluye mientras vas malgastando tu energía buscando y dando tumbos día tras día.
Pero cuando sabes perfectamente lo que quieres, dónde quieres llegar y eres capaz de visualizar ese momento futuro, entras en un laberinto con final feliz, y vas intentando uno u otro camino, volviendo atrás, mirando a derecha y a izquierda, probando nuevas estrategias, insistiendo, peleando y sin abandonar la certeza de que llegará el día que encontrarás la salida que todo laberinto tiene.
Y entonces leerás... EXIT...
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