Camino Calvo



Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.

Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.

Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.



jueves, 16 de mayo de 2013

La muerte de Ivan Ilich

Intento imaginar la muerte de Ivan Ilich en el contexto actual y me compadezco todavía más, cuan diferente habría sido su agonía confortado por los cuidados individualizados de la terapia paliativa y atendido por los héroes de los equipos de soporte del PADES, Programa de Atención Domiciliaria, y del SCP, Servicio de Cuidados Paliativos.

Su médico no habría sido el arrogante profesional que se engrandece explicando la anatomía del apéndice vermiforme sino el humilde y humano equipo del AP, Área de Atención Primaria o de la UH, Unidad de Hospitalización o del CE, Área de Consulta externa.

Su mujer y su hija podrían haber ido al teatro con la misma tranquilidad pero él podría haber estado ingresado en la UH, Unidad de Hospitalización, evitando la amarga soledad en la que vivía los recuerdos del pasado. 

La UFISS, Unidad Funcional Interdisciplinar Sociosanitaria, habría velado desde el hospital, por que en los momentos de confusión y angustia Ivan Ilich encontrara un sincero soporte.

Y la UD, Unidad del Dolor, habría aliviado la tortura de sus últimos tres meses de vida mejor de lo que lo hizo el opio.


Aunque ¿el dolor espiritual habría sido diferente si la vida de Ivan Ilich también ahora hubiese sido una vida sin sentido, un dejarse llevar por lo que parece que  toca hacer en cada momento, un vivir sin pasión y sin conciencia?

"Se le ocurrió ahora que lo que antes le había parecido de todo punto imposible, a saber, que no había vivido su vida como la debería haber vivido, podía en fin de cuentas ser verdad. 
Se le ocurrió que sus tentativas casi imperceptibles de bregar contra lo que la gente de alta posición consideraba bueno - tentativas casi imperceptibles que había rechazado inmediatamente hubieran podido ser genuinas y las otras falsas, y que su carrera oficial, junto con su estilo de vida, su familia, sus intereses sociales y oficiales... todo eso podía haber sido fraudulento.
Trataba de defender todo ello ante su conciencia. 
Y de pronto se dio cuenta de la debilidad de lo que defendía. No había nada que defender."


Y hace años que me prometí que  mi lecho de muerte no pensaba compartirlo con lamentos. Penas quizás, pero lamentos, ni uno solo!

Aquí un sincero homenaje a los profesionales de los cuidados paliativos y a Leo Tolstoi por regalarnos esta joya literaria.

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