Camino Calvo



Siempre digo que mi blog es como mi tarjeta de visita, tanto personal como profesional. Tengo la suerte de tener un trabajo que me apasiona, con lo cual no hay mucha diferencia entre estas dos facetas de mi vida.

Mi blog nació con la intención de promover hábitos de vida saludables, a nivel físico, mental, emocional y social. Los contenidos los escojo de forma cuidadosa y exigente, divulgando artículos con evidencia científica y rigor.
Y además se ha convertido en una especie de libro de recuerdos de mis reflexiones, mis inquietudes y mis experiencias.

Cambiar hábitos no es fácil, requiere la valentía suficiente como para perseverar en nuestro objetivo. La vida es cambio. La salud también.



martes, 15 de enero de 2013

El principito

Tengo serias razones para creer que el planeta de donde venía el principito es el asteroide B 612.
Este asteroide sólo ha sido visto una vez con el telescopio, en 1.909, por un astrónomo turco.
El astrónomo hizo, entonces, una gran demostración de su descubrimiento en un Congreso Internacional de Astronomía. Pero nadie le creyó por culpa de su vestido.
Las personas mayores son así.
Felizmente para la reputación del asteroide B 612, un dictador turco obligó a su pueblo, bajo pena de muerte, a vestirse a la europea. 
El astrónomo repitió una demostración en 1.920, con un traje muy elegante. 
Y esta vez todo el mundo compartió su opinión.

Si os he referido estos detalles acerca del asteroide B 612 y si os he confiado su número es por las personas mayores.

Las personas mayores aman las cifras. 
Cuando le habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. 
Jamás os dicen: "¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere?
¿Colecciona mariposas?" 
En cambio, os preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?"
Solo entonces creen conocerle.

Si decís a las personas mayores: "He visto una hermosa casa de ladrillos rojos con geranios en las ventanas y palomas en el techo..." no acertarán a imaginarse la casa. Es necesario decirles:  "He visto una casa de cien mil francos." Entonces exclaman: "¡Qué hermosa es!"


Si les decís: "La prueba de que el principito existió es que era encantador, que reía, y que quería un cordero. Querer un cordero es prueba de que existe", se encogerán de hombros y os tratarán como se trata a un niño. Pero si les decís: " El planeta de donde venía es el asteroide B 612", entonces quedarán convencidos y os dejarán tranquilo sin preguntaros más . Son así. Y no hay que reprocharles . Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.




                                                              Antoine de Saint-Exupéry (1.943) Le petit prince.

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