Tanto que nos afecta nuestro sentir emocional, y tan poco valorado que sigue estando. Al menos, parece que hemos conseguido que hacer terapia no está mal visto y que no se te vea como a un desequilibrado sin autocontrol.
Desde pequeñitos acudimos al pediatra para que vigile nuestro peso, nos ponga las vacunas y nos cure cualquier enfermedad física que surja. Nos da consejos sobre la alimentación, el ejercicio físico y se preocupa por nuestro rendimiento escolar. De mayores se nos hace una analítica anual, se controla nuestro azúcar, colesterol y hemoglobina, y nuestra tensión arterial, y se vigila que nuestras adicciones estén reflejadas en nuestra historia clínica.
Quién te pregunta cómo manejas tus emociones, cuáles son las que te visitan más a menudo, cuántas pérdidas has tenido, cuáles han sido tus estrategias de afrontamiento...? quién te hace una revisión anual sobre tu empatía, tu compasión y tu agradecimiento? quién te enseña a perdonar y a confiar?
¿Cuántas veces te ha preguntado tu médico si eres feliz?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradeceré tu comentario sobre el artículo! :)