Qué tendrán las verduras, de tantos colores y formas extravagantes, que cuando mis hijos entran en casa y perciben su olor, su labio superior se frunce y les oigo pensar "qué aburrido...!"
Sin embargo, cuando están comiendo ese plato, a veces naranja, a veces verde, a veces rojo, dicen extrañados "Pues está buenísimo", como si fuera la primera vez que lo cocino y por primera vez la verdura les pareciera rica.
Y en honor a la verdad, aunque los espaguetis siempre son mejor recibidos, en mi casa la verdura tiene buena prensa, y si no como un alimento sugerente, sí que mis hijos tienen conciencia de que es muy saludable. No en vano esponsorizo el calabacín, las espinacas, la calabaza, los sofritos de verdura, y en pocas comidas no hay una ración de estas vitaminas disfrazadas.
Y es que ser consciente de las cosas cuántas ventajas aporta!
Fuentes:
Fundación Alicia
Faros, Sant Joan de Déu
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