A mi me cuesta menos salir de mi zona de confort por las mañanas.
Si tengo una idea interesante y atrevida, que suele ser cuando paseo por la montaña con mis perros, o la pongo en práctica nada más llegar a casa o me empiezan a venir los miedos y la idea se queda en el cajón.
Como me conozco bastante bien, ya sé la estrategia a utilizar.
Pero si la idea es buena, y el objetivo es claro, aquí ya no hay miedos que valgan, y me tiro a la piscina. A la hora que sea.
Hacer cosas diferentes no solo brinda a la vida nuevas oportunidades, sino que, además, estimula nuestra mente, mejora nuestra salud y, posiblemente, previene la enfermedad.
Según el Dr. Yaakov Stern (1), "las personas que hayan llevado una vida mentalmente estimulante, a través de la educación, la ocupación y las actividades de ocio, parecen tener menos riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer".
Deberíamos normalizar el salir de la zona de confort. Sin estrés y con curiosidad. Total, sólo se vive una vez.
Referencias:
(1) Fernández A, Goldberg E. Cómo invertir en su cerebro. 1ª ed. Ed SharpBrains; 2013.
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